El 26 de enero Javier Milei en uno de sus típicos arranques se refirió a Gustavo Petro como un comunista
que esta llevando a Colombia al desastre y como si fuera poco lo califico de asesino. La respuesta del gobierno colombiano se dio llamando al embajador a consulta a Bogotá.
No es de extrañar el estilo Trumpista que poco a poco trata de hacer carrera en América latina con Bukele en el Salvador, con Bolsonaro en Brasil y hoy con Milei en Argentina.
El típico discurso de no decir nada de fondo y limitarse a apostrofar al contradictor tildándolo de todos los males habidos y por haber.
Como siempre Milei vocifera, pero no habla; grita para ofender y se atrinchera en la agresión verbal que no logra disimular su populismo ramplón y su desconocimiento de la realidad.
Antes de lo previsto su impopularidad recorre las calles y los campos de Argentina y comienza a generar un repudio en el planeta.